Cuidado, que tu amor no sea ciego

Todos soñamos con ese amor romántico, donde los enamorados viven una relación inigualable, divertida, cariñosa y que nos hace pensar que todo será perfecto mientras estemos juntos.

A veces las cosas no son tan fáciles como parecen y es importante tratar de conocer verdaderamente a la pareja, antes de iniciar una relación formal.

Cuando cupido nos flecha, todo cambia. No vemos defectos ni errores en “nuestra alma gemela”; la llenamos de atenciones, elogios y la cuidamos con mucho esmero.

Pero una entrega desmedida también puede provocar que se caiga en el extremo opuesto y se convierta en una situación peligrosa e incluso lleguemos a tener actitudes violentas con la otra persona.

Para Leticia Ninette Ríos, especialista en temas de pareja del Instituto de Terapia Racional Emotiva de México (ITREM), “los cambios en la persona se van dando de manera gradual. Primero se empieza con pequeños regaños, golpes e insultos que se confunden con muestras de cariño, hasta convertirse en una situación de control absoluto sobre el otro”.

Existen diversos tipos de violencia en una relación y pueden ser: física, verbal, psicoemocional, económica y sexual.

“Todas las formas de violencia causan daños graves en la vida de quien las sufre, ya que provocan un impacto directo en la forma en que nos percibimos y disminuye profundamente nuestro autoestima”, asegura la terapeuta Ríos.

Acciones como empellones, pellizcos, algún tipo de bofetada o jaloneos, propinados a manera de broma, pueden parecer divertidos e incluso intrascendentes; sin embargo, este modo de actuar continuamente escala a tal grado, que llega a ser una amenaza para alguna de las dos partes.

“Las personas violentas empiezan a ganar poder sobre el otro, se vuelven imprescindibles a través de chantajes y engaños; suelen hacer críticas mordaces acerca del aspecto físico y arreglo personal y finalmente, intentan aislar y coartar las relaciones sociales y familiares de su pareja.

“Estas manifestaciones son una clara muestra de personas controladores y manipuladores –afirma Ninette Ríos-. Un ejemplo muy claro y frecuente es cuando le regalan un teléfono celular a su pareja para llamarle en cualquier momento, con el pretexto de saber cómo está, pero el objetivo es ejercer un dominio sobre ella de manera muy sutil”. 

Es muy común que en el camino hacia un nuevo romance sintamos la ilusión de haber encontrado a la compañía que andábamos buscando, pero no hay que dejarse llevar por el impulso y es mejor tener una visión clara de lo que esperamos de una relación seria y sobre todo, no perder de vista nuestro valor como persona.

“Para comenzar un noviazgo es básico tener bien claro qué es lo que me gustaría de una situación así y el tipo de ser humano que quiero sea mi pareja. Si la persona actual tiene ciertas ideas o actitudes que van en contra de mi autoestima y me dañan en lo emocional, lo mejor es no iniciar algo formal con ella; afirma la terapeuta Ninette Ríos. 

De esta manera, no atender estos primeros indicios e involucrarse de forma automática con el prospecto más cercano, puede provocarnos situaciones muy desagradables y muy difíciles de superar.

Es mejor hacer un pequeño alto y enfrentar la realidad a sufrir el desencanto de la violencia por creer que el amor es ciego. Recuerda, antes que nada, estás tú y tu seguridad, actúa responsablemente y no permitas que otros te dañen en nombre del amor.


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